viernes, 6 de julio de 2012

El liderazgo

En los últimos tiempos me estoy dando cuenta de algo que me apena muchísimo. Es algo que en el mundo se da y fuertemente, pero que desgraciadamente también se está introduciendo en la iglesia. Se trata de la falta de respeto y la crítica a los líderes. Cada vez esta tendencia es mayor. Y esto me apena muchísimo, porque esto nos va a llevar a perder muchísimas bendiciones de parte de Dios.
Me viene a la mente el caso de Moisés. Cuando Israel iba por el desierto, a María y a Aarón (sus hermanos), debido a que Moisés había contraído matrimonio con una mujer etíope, no se les ocurre otra cosa que criticar a Moisés. La mayoría sabemos como acabó la historia. Dios dejó claro que Moisés era su siervo más fiel y María cayó leprosa (y sólo porque Moisés intercedió fue sana).
¿Quedaremos nosotros también "leprosos"? Dios puso a unos líderes sobre nosotros por algo, y la crítica hacia ellos sólo trae mal a nuestras propias vidas. Y no hay ninguna excusa para criticarles. NINGUNA. ¿Qué tendrán fallos? Como todos. ¿Qué puede que digan cosas con las que estamos de acuerdo? ¿Y qué? Son los líderes en cuyas manos estamos porque Dios nos puso ahí.
A veces la ambición provoca esto. Pretendemos llegar tan alto que, si para ello hay que criticar al líder, se hace. Craso error. Si es de Dios que algún día nosotros lideremos algo, evangelicemos a millares de personas o limpiemos el salón de nuestra congregación, eso llegará algún día y pretender conseguirlo pisando el trabajo de nuestros lideres sólo acarreará la ira de Dios sobre nosotros y que, eso que Él tenía para nuestras vidas, lo perdamos. Así que mucho cuidado con criticar a quien no debemos, porque nos veremos las caras contra el mismo Dios.

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